06 septiembre 2009

Lo barroco de la naturaleza

No es una mantis. Es una prueba viviente de la selección natural. Observad las garras rapaces, erizadas de pinchos para retener la presa. Contemplad los ojos iridiscentes como una esmeralda que cambiase de color en la oscuridad, el vientre que imita el diseño de advertencia de las avispas, y esas alas imposibles en una mantis verdadera, repletas de delicadas nerviaciones como las de una hormiga león. Sí, es un neuróptero como ellas, un pariente lejano de las crisopas, pero tan especial, tan sometido a las mismas presiones evolutivas que las mantis, que la selección natural ha modelado su cuerpo hasta lograr algo fantásticamente semejante a esos hieráticos insectos (por convergencia evolutiva).

Pero en Mantispa styriaca, protegida por convenios internacionales, hay aún mucho más de lo que Margalef llamó "lo barroco de la naturaleza". Las contadísimas veces que he encontrado mantispas ha sido siempre en septiembre y siempre cerca de capullos de huevos de araña, a menudo de Segestria florentina. Esto no es extraño, porque estamos ante un peculiar súper-depredador, o bien parasitoide de predadores. Las larvas de mantispa se abren camino a través de la envoltura sedosa de los capullos y dentro se transforman en otro tipo de larva que se alimenta de huevos de araña, hasta que se transforma en crisálida. A esto se le llama hipermetamorfosis, y se conoce en pocas especies de insectos de nuestra fauna, como, por ejemplo, en el aceitero y en el Sitaris de quien tanto escribió Fabre.

Mantispa styriaca, un mantíspido. Convergencia evolutiva, coloración aposemática, mimetismo parcial con una avispa, consumidor especialista de huevos de un predador, e hipermetamorfosis, todo en uno. ¿Alguien da más?

7 comentarios:

ANZAGA dijo...

Apasionante. No se puede describir de otra manera tu entrada. Por momentos me he sentido en un mundo de alienígenas, y paradógicamente son pequeños insectos que pasan inadvertidos entre nosotros.

Saludos y nuevamente enhorabuena.

Jesús Dorda dijo...

Tanto la biología de este animal como sus adaptaciones morfológicas son fascinantes.
Como comentábamos en una de las anteriores entradas, los neurópteros son muy interesantes, tanto como desconocidos.

El Naturalista dijo...

La mantispa fue una de las mayores sorpresas biológicas del ecosistema cuando indagué un poco sobre su vida. Desde luego, comparados con los vertebrados, los insectos tienen vidas a menudo asombrosamente complejas. En parte debe de ser por su tremenda biodiversidad, no en vano en el ecosistema hay al menos cuatro veces más especies de insectos que de vertebrados, y seguramente muchas más que se me han pasado por pequeñas o por indistinguibles entre sí. Y estoy contigo, Jesús, los neurópteros son un campo muy grande y donde aún quedarán seguramente muchas sorpresas. Gracias por vuestros comentarios, y saludos naturalistas.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Primera noticia de la mantispa (¿contracción de mantis y avispa?). Me alegro de haberla descubierto en tu blog, siempre interesante y con esa especial visión eco-evolutiva.

Saludos naturalistas.

El Naturalista dijo...

Fco. Javier, yo también creo que debe de ir por ahí la etimología de "mantispa", en cualquier caso les quedó un nombre muy sonoro. ¡Me alegro yo de que la hayas descubierto aquí! ¡Un saludo!

Raúl M. Olmos dijo...

Interesantísimo blog! Sino te importa me voy a quedar por aquí que seguro voy a aprender un montón con tus entradas...
Por cierto, yo tampoco he visto nunca estas mantispa, son impresionantes.
Saludos

El Naturalista dijo...

¡Bienvenido, Ramuol! ¡No creas que yo espero aprender menos de tus entradas y comentarios que tú de los míos! Las mantispas no es raro que no las hayas visto... ¡lo raro es verlas! Es, como casi todo, cuestión de buscar la suerte en el campo...