18 septiembre 2009

Ecos del pasado

Tras varios días de lluvia, después del seco verano mediterráneo, el linaje de vegetales más antiguo del planeta reanuda su discreta vida en nuestro monte. Son ecos de un pasado tan remoto como no es posible imaginar, seres cuya forma apenas ha cambiado a lo largo de abismos de tiempo de miles de millones de años. Los podemos encontrar bajo el aspecto de pequeñas gelatinas verdosas esparcidas sobre los calveros de suelo desnudo; bajo un microscopio, su aspecto es como el de este dibujo: cadenas de células verdes inmersas en una matriz hialina. Estas células son del género Nostoc, de la estirpe de las cianobacterias - las primitivas algas cuya actividad oxigenó la atmósfera hace unos 2.500 millones de años. Las cianobacterias se cuentan entre los colonizadores pioneros de la tierra firme, cientos de millones de años antes de que las primeras plantas iniciaran su odisea sobre los continentes. Musgos, hierbas o árboles, comparados con Nostoc, son unos recién llegados. Pensando sólo en animales y plantas, a menudo se dice que las especies vienen y van, que cada especie que surge suele estar destinada a extinguirse en unos pocos millones de años como mucho. Sin embargo, para las cianobacterias, para los microbios en general, las reglas del juego son distintas. Sobreviven desde la noche de los tiempos, antes incluso de que se iluminasen muchas de las estrellas que conocemos...

7 comentarios:

Ángel Zamora dijo...

... pero cuánto aprendo en tu blog...

Un abrazo.

El Naturalista dijo...

Anzaga, ¡lo mismo digo! Saludos naturalistas.

gonzalez dijo...

Desde luego que cada página de tu blog es una lección sabia de la vida que tenemos a nuestro alrededor, que tampoco conocemos y que tan desapercibida nos pasa. Mil gracias por transmitírnosla.

Consuelo Simón López Villalta dijo...

hola Juli! yo que pensaba que sólo había pajitos y avispas por la "casilla". Prometo ir más atenta en los próximos paseos de otoño.
Chelo

El Naturalista dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Lleváis razón en que estos minúsculos compañeros de viaje son difíciles de ver, pero precisamente por eso mayor es la sorpresa cuando se descubren. Este otoño hay que estar atentos a toda esta vida secreta de nuestros campos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Qué tendrán estos seres para haber sobrevivido tanto a tantos acontecimientos catastróficos, incluida la irrupción del Homo sapiens.

Es fácil imaginar que ellos son quienes, de verdad, heredaron la Tierra...y ahí seguirán, sobre los fósiles de nuestra especie y presencia.

Saludos naturalistas...y gracias por recordarnos a estos seres tan humildes y decisivos.

El Naturalista dijo...

Para mi, Fcº. Javier, su capacidad de supervivencia es sobre todo cuestión de tamaño. Por ser tan diminutos los hay a billones allá donde sólo puede vivir un gran vertebrado que necesitará mucha más energía y será por tanto más vulnerable a las catástrofes. Para la mayoría de microbios, las extinciones masivas no representan riesgo de extinción alguno... Y coincido contigo, ¿quiénes, entonces, son los "dueños" del planeta? Saludos naturalistas.