25 noviembre 2010

Recuerdo del trópico

Muchas de las plantas del monte mediterráneo que ahora toleran los temporales y el frío descienden de especies tropicales, aunque cueste creerlo. Sus antepasados antaño crecían en las junglas lluviosas que cubrían Europa, hace 50 millones de años, y en cambio ahora sus lejanos descendientes han de vérselas con el cierzo y la escarcha. Ante tanto contraste, se diría que poco tienen de tropicales... y el lector está en todo su derecho a dudar de que ese supuesto origen tropical sea cierto... porque, en definitiva, ¿qué pruebas hay? Bien, fijémonos en las coscojas, esas carrascas de vivo color verde, cuyas hojas, a diferencia de las encinas, no tienen el envés cubierto de fino pelo blanco.

Las coscojas (Quercus coccifera) nos muestran todo el año sus hojas duras, coriáceas y escamosas, esa clase de hoja, llamada esclerófila, que encontramos en muchos otros arbustos mediterráneos, desde el olivo hasta el madroño. Y entre las hojas, sobre cuencos leñosos repletos de espinas, las coscojas echan sus bellotas, mucho más amargas que las de la encina. Las separa además otra gran diferencia: las bellotas de la encina cuajan en primavera y caen al siguiente otoño, y muchas bellotas de la coscoja siguen el mismo ritmo pero otras se vuelven tardonas, madurando no al primero otoño sino al segundo. El que los frutos tarden años en madurar es uno de los rasgos más típicos de los árboles tropicales, que en el buen clima de la selva lluviosa pueden permitirse el lujo de dejar que crezcan sus frutos durante un invierno o más, porque a efectos prácticos el invierno apenas se distingue del verano.

Así que las bellotas tardonas de la coscoja nos dan la pista que estábamos buscando: sólo un genuino descendiente de árboles tropicales podría mostrarnos algo así. En eso contrasta vivamente con sus parientes de última generación, los robles, árboles del mismo género que la coscoja (Quercus) pero que han perdido muchos rasgos tropicales para adaptarse al frío de los bosques europeos al norte del mediterráneo. Sus bellotas caen al primer otoño, y además sus hojas ya no son perennes, como las de los árboles tropicales, sino que se han vuelto caducas - el roble las deja morir en otoño y así se evita posibles daños por congelación. Todos estos y muchos más pequeños detalles son las pistas, en apariencia insignificantes, que nos permiten resolver esos misterios que nos brinda la naturaleza con tanta abundancia a poco que la intentamos entender.

Basado en el origen de la flora mediterránea narrado en Thompson (2005) Plant evolution in the Mediterranean (Oxford University Press).

06 noviembre 2010

Gelatina medicinal consume terciopelo violeta

El título de esta entrada no está sacado de ninguna oscura obra surrealista, sino que, por extraño que parezca, se ciñe a la realidad, a una de esas historias increíbles de nuestro monte mediterráneo. Este es el hongo Tremella mesenterica creciendo sobre el tocón de un romero. Más concretamente, lo que vemos aquí equivale a una seta, el cuerpo fructífero con que el hongo fabrica sus esporas. Antes de producir esta gelatina anaranjada, llamada en inglés mantequilla de brujas, el hongo consiste en levaduras, células microscópicas que se desarrollan como un parásito "vampiro", absorbiendo nutrientes directamente de las células de otros hongos de la madera, hongos como el moho violeta llamado Peniophora quercina (pinchad para verlo), común en las ramas muertas de las encinas en esta época del año.

Las levaduras de Tremella que consumen este terciopelo violeta pueden ser de dos sexos distintos, pero sería muy extraño llamarlos macho y hembra, ya que son sólo células. Ambos sexos se atraen mediante sustancias químicas y al unirse dan lugar a una célula-huevo que crece hasta formar esta gelatina dorada. Hace poco se ha descubierto que tiene propiedades anticancerígenas: cuando esta extraña masa se macera en alcohol, el extracto resultante provoca la muerte de las células malignas de ciertos tipos de cáncer de pulmón. ¿Qué otras sorpresas medicinales nos aguardarán entre toda esta biodiversidad ignorada del monte mediterráneo? Y pensar que para muchos todo lo que no sea caza o cultivos debe ser eliminado de la naturaleza...

Basado en estas fuentes:
Chen et al. (2008) Induction of apoptosis in human lung carcinoma A549 epithelial cells with an ethanol extract of Tremella mesenterica. Bioscience 72:1283-1289.
Sakagami et al. (1981) Peptidal sex hormones inducing conjugation tube formation in compatible mating-type cells of Tremella mesenterica. Science 212:1525-1527.

Más sobre el mundo fascinante de los hongos en la guía de Marcel Bon (2005) Hongos de España y de Europa (Omega).