10 noviembre 2009

El menor y el mayor

Llegó la época de las primeras heladas, y los pájaros del Norte aprovechan el sol para buscar insectos entre las ramas de las encinas. Han venido ya las especies del invierno: pinzones, petirrojos, zorzales... Y también las aves más diminutas de Europa, los reyezuelos. Cada año llegan muy pocos, de la especie listada, y no son fáciles de ver, pero compensa la paciencia el poder observarlos con su reluciente "corona" amarilla, trajinando sin cesar de rama en rama. Y entonces, como cada tarde de noviembre, de repente, cruzan sobre ellos cinco avutardas, deslizándose inmensas por el aire con aletazos majestuosos. Es una suerte poder ver casi a la vez al ave más pesada de Europa y a la más ligera, casi 14 kilos de pájaro al lado de apenas 6 gramos. Mucho podría decirse sobre las avutardas, pero de momento, en esta entrada, fijémonos en su contraste con el reyezuelo listado.

La avutarda y el reyezuelo representan los extremos opuestos del tamaño de las aves europeas, y en éstas, como en cualquier otro grupo de animales, es fácil darse cuenta de que hay pocas especies grandes y muchas pequeñas, pero la realidad es más complicada. Si representáramos cuántas especies existen de cada tamaño (a escala continental) encontraríamos siempre una gráfica como la que encabeza el post: hay pocas especies grandes, muchas de tamaño mediano-pequeño y no tantas muy pequeñas. Siempre, tanto en pájaros como en mamíferos, reptiles, anfibios, insectos, caracoles, plantas e incluso algas microscópicas. Es un patrón prácticamente universal en la biosfera.

¿A qué puede deberse esta regla de la naturaleza? No se sabe a ciencia cierta, aunque hay muchas ideas desde hace décadas. Recientemente, Clauset y Erwin parecen haber dado con una solución, en la que el patrón especies-talla se origina como resultado de procesos relativamente sencillos que afectan a la supervivencia de los organismos según su tamaño. Todo este asunto se discute mucho más en profundidad en este enlace.

Y mientras damos con una explicación a este orden oculto de la naturaleza, sus protagonistas, ajenos a los mecanismos que los han originado tal y como son, revolotean entre matorrales o vuelan majestuosos, al anochecer, en las tardes del otoño, escenificando una y otra vez el drama ecológico y evolutivo que configurará a los futuros habitantes de nuestro ecosistema...

La relación especies-talla la cuenta mucho mejor Brown en "Macroecología" (1995).

11 comentarios:

Carmen Montoro dijo...

Como me gusta esta entrada, es el triunfo de los medianos, el patrón natural universal. Que lujo ver volar a ambos, reyezuelo y abutarda: juntos.

Nos pasa a todos, siempre buscamos el camino de enmedio, evitando los extremos. Pero a veces hay que conocer los límites para encontrar el intervalo del centro.

Supongo que hay muchos factores sencillos y positivos, en este orden oculto, en lo MEDIO:
!Puro equilibrio natural¡

Saludos, Naturalista!

Jesús Dorda dijo...

Ciertamente el reparto de tallas es una de las mejores maneras de compatir los recursos y si no, que se lo pregunten a las rapaces que hasta los miembros de la pareja tienen distinto tamaño y se reparten mejor el espectro de presas.
Hay un efecto estadístico también en ello ¿no?.
Saludos

El Naturalista dijo...

Efectivamente, Carmen, es el "triunfo del término medio", por así decirlo, aunque personalmente no veo cómo extrapolarlo a otros ámbitos, simplemente es un hecho y no creo que tenga que ver con una prevalencia general de "lo medio" por doquier.

¡Hola, Jesús! Claro que sí, espaciar los tamaños corporales de los órganos de alimentación supone un modo eficaz de repartirse las presas. Pero este caso es distinto. Me explico: en una comunidad local, donde las especies interactúan entre sí estrechamente (digamos en 25 ha), lo que se ve es, como norma general, tantas especies grandes como pequeñas y tantas como muy pequeñas, a grandes rasgos. Sin embargo, a escala continental este patrón cambia, y pasa a ser el que comento en este post. La conclusión es que comunidades diferentes tienden a tener distintas las especies medianas, no tanto las grandes o las muy pequeñas... Curioso, ¿verdad?

Gracias por dejar vuestras opiniones en este blog.

El Naturalista dijo...

Vamos, no sé si me explico en mi respuesta, Jesús: la respuesta al patrón especies-talla parece ser que en la evolución de un linaje surgen y sobreviven más especies medianas que muy grandes o muy pequeñas. Sin duda el reparto de recursos en función del tamaño influye en este patrón, pero no es nada fácil imaginar cómo puede explicar su origen... Al menos, ¡a mi no se me ocurre!

Anónimo dijo...

Jejeje, es ciertamente curiosa esta proporción que da verdadera importancia al término medio. ¿Mediocres? ¡A mucha honra! :)

Bromas aparte, es una entrada muy interesante, y un buen aporte los trabajos que nos recomiendas.

Un saludo.

El Naturalista dijo...

Es curioso, ¿verdad? La biodiversidad es de los medianos... Trotalomas, si te quieres mirar algún trabajo, encontrarás los mismos problemas que yo con estos asuntos: no hay obras de divulgación que traten esta clase de patrones ecológicos. Hay que irse a fuentes originales si quieres aprender realmente algo concreto de ecología, y lo mismo el libro "Macroecología" de Brown, que está traducido, es buena opción para meterse a fondo en estos temas. ¡Ya véis que merece la pena! Saludos hacia tus lomas.

Anónimo dijo...

Hola!Soy Alberto
Ayer coji una avispa muy "rara"(pero me encanta)
y la he buscado por todos lados pero nada....
Te dejo aqui sus caracteristicas:mide menos de 1'5 , negra entera y brillante, alas negras o marrones muy oscuras, lo mas parecido que e encontrado a sido la Larra anathema, del libro pero seria enteramente negra.
Un saludo cuidate!

Bibiano Montes dijo...

Parece ser que al final esa evolución hace equilibrar la balanza del tamaño, ni muy pequeño ni muy grande , la vida empezó desde lo pequeño y simple hacia lo grande y complejo .Os imagináis a esos grandes dinosaurios pululando por el planeta.... independientemente de las causas de la extinción posiblemente la evolución ha ido poniendo a cada cual en su "sitio" y se han ido descartando esos extremos. Ya lo decía Aristóles, la virtud está en el término medio.
De momento sigue siendo todo un placer el poder contemplar y escuchar a esos dos ejemplos de extremos que hoy nos muestras el reyezuelo y la avutarda.
Un saludo,

El Naturalistas dijo...

Hola, naturalistas; Alberto, te contesto al correo, ¿vale?; Bibiano, es interesante lo que comentas por incidir en un tema muy controvertido: ¿hay tendencias en la evolución de la vida? Me refiero a que, igual que la vida fue de lo pequeño y simple hacia lo grande y complejo, no menos se me ocurren casos de linajes que han ido de lo grande y complejo a lo pequeño y simple (léase microsporidios y demás "parásitos degenerados"). ¿ES lo grande y complejo tan llamativo que tendemos a verlo como una tendencia general, o simplemente se trata de la anécdota en una evolución que tiende a mantenerse en cierto nivel de complejidad digamos no demasiado aparatoso, pero relativamente resistente frente a cambios? ¿Son más importantes las bacterias, tan simples como numerosas, o los grandes vertebrados, que gastan mucha más energía? Ahí dejo la pregunta... No sabría responderla.

Ángel Zamora dijo...

La de paseos que habré dado intentando encontrar las avutardas de la ZEPA de Miguelturra-aeropuerto y me ha sido totalmente imposible. Supongo que se habrán desplazado...

A los reyezuelos me los encuentro cada año entre los tarays de las Tablas. Son preciosos tan diminutos...

Enhorabuena por el blog. Crece y crece casi como las avutardas...

Un abrazo.

El Naturalista dijo...

Hombre, Anzaga, bienvenido de nuevo a este sitio. Sobre las avutardas de esa zona... mucho me temo que se puedan haber ido, son aves muy querenciosas de la tranquilidad. Como mucho me he logrado acercar a ellas unos 200 m, no más; las que veo más cerca son las que inadvertidamente me cruzan sobre la cabeza cuando estoy entre las encinas. Los reyezuelos igual es que en invernada gustan más de las tablas que del monte, ¿no?

Muchas gracias por tu comentario, y ójala y crezca sano como las avutardas por aquí. Saludos naturalistas manchegos.