Lobito meridional (Pyronia cecilia), una de las dos especies de lobitos del ecosistema, donde coexiste con el lobito listado (Pyronia bathseba). |
En la hora azul del amanecer, la cháchara de las currucas se
mezcla con la llamada lejana de las gangas mientras el termómetro casi roza los
20º C. Pronto asoma el sol incendiando de luz dorada los eriales secos, y entonces
la temperatura asciende rápidamente. Hacia los 25º C, el estridente chirrido
de las cigarras toma el relevo a los reclamos de las aves. Comienza el turno de
los insectos: las avispas Prionyx buscan
saltamontes, las hormigas león se desperezan en los tallos quebradizos, y las
mariposas pardas revolotean a la umbría de las encinas para luego libar de las
escasas flores que apenas ofrece el pasto agostado.
Nunca deja de sorprenderme cómo toda esta fauna diminuta
logra soportar la durísima prueba de la sequía del verano mediterráneo. Apenas
sabemos cómo lo consiguen. Fijémonos en las flores de un cardo corredor, donde
en nuestro ecosistema ahora sorbe néctar una mariposa parda exclusiva de la región, el lobito listado
(Pyronia bathseba). Esta discreta
mariposa se aproxima ya al final de su vida de adulto, que abarca de abril a
julio. En cambio su pariente, el lobito agreste (Pyronia tithonus), que se distribuye ampliamente por Europa, emerge
como adulto al comenzar el verano. Este caso representa la norma entre las mariposas
mediterráneas que tienen pocas generaciones al año: las especies endémicas
suelen hacerse adultas en primavera, unos cuantos meses antes que las especies
de amplia distribución, mucho más veraniegas. Parece como si las mariposas
genuinamente mediterráneas estuvieran evitando salir de la crisálida en los
meses de verano… Cuando encontré este patrón, pensé si no debería de ser al
revés. Es decir, ¿por qué las mariposas más mediterráneas huyen precisamente de lo
más característico del clima mediterráneo, la sequía estival? ¿No deberían
estar adaptadas a dicha sequía? Confunde pensar en términos de mariposas, pero
la historia cambia desde el punto de vista de… las orugas.
Las mariposas, al adelantar su ciclo vital unos meses,
logran que sus orugas ya crecidas no tengan que enfrentarse a la sequía del
principio del verano mediterráneo. La oruga se alimenta en primavera y antes de
los grandes calores se ha transformado en adulto. Esta precocidad sólo puede aportarle ventajas, pues
la oruga es la fase más vulnerable de estos insectos. Una oruga tiene piel
tierna que se deshidrata al sol fácilmente, y si su planta nutricia se va
secando puede morir o no completar bien su desarrollo. Así pues, el adelanto
de la época de adulto parece ser para las mariposas mediterráneas una adaptación
que ayuda a evitar los rigores del verano. ¿Pero por qué este adelanto sólo se
da en las mariposas endémicas, y no en las de amplia distribución? Seguramente
porque las mariposas endémicas, al estar confinadas bajo nuestro clima, pueden
evolucionar sin el estorbo constante que supondría para ellas el reproducirse
con mariposas procedentes de otras regiones climáticas, mariposas que aportarían a la
especie genes adaptados a otros climas, dificultando así la adaptación al clima
mediterráneo. En definitiva, a través de este caso aprendí que los endemismos
no sólo son valiosos por ser irrepetibles y exclusivos, sino como ejemplos vivientes
de la evolución en nuestro entorno más cercano.
Basado en un artículo que publiqué en la revista Bulletin of
Insectology.
8 comentarios:
Me ha gustado mucho tu análisis de los ciclos vitales de las mariposas. Veo que hay todo un mundo por estudiar.
Saludos.
Una forma de evitar competencia muy interesante
De hecho, Jesús, la ecología de los insectos exclusivos del mediterráneo es casi desconocida. Me encontré con que no había ni un solo estudio general ni si quiera en el caso de las mariposas. Para el que se interese hay campo para rato. Saludos naturalistas.
Lansky, es cierto que al desplazar su fenología los lobitos y demás mariposas deberían de competir menos entre sí (desplazamiento de nicho en el tiempo), pero dudo mucho que eso les reporte alguna ventaja, pues en los animales fitófagos en general la competencia es secundaria respecto a la depredación, su gran problema. En cualquier caso, no creo que el origen del adelanto del ciclo vital esté en otra cosa que no sea el clima mediterráneo. Un saludo.
Una cosa no quita la otra. No lo mencionaba como exclusivo 'motor' del proceso sino con un elemnto curioso más, bien que secundario. En cuanto a que los fitófagos no compiten...ejém (Cf.-Margalef)
Un saludo
Lansky, no quería decir que no compitan, pero hay claros indicios de que la competencia es más débil en los fitófagos (Cf. Community structure, population control and competition). Si no fuera así, el mundo no sería verde. Saludos.
Estamos hablando de lo mismo y decimos lo mismo
Entonces, fenomenal y saludos naturalistas.
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