13 junio 2011

Eau de cuquilllo


La abubilla (Upupa epops) fue sagrada en el antiguo Egipto, símbolo de virtud para los persas, animal impuro para los judíos, personaje con líneas de diálogo en el Corán, y hoy ave nacional de Israel. Con su costumbre de hurgar en el suelo clavando el pico en busca de insectos, no es raro que algunas civilizaciones asociaran este pájaro al mundo subterráneo y el más allá, ni que los antiguos minoicos de Creta representaran abubillas en tumbas y templos. En La Mancha encontramos otro punto de vista sobre la abubilla: se le llama cuquillo (por su canto, ese inconfundible "up-up-up") y simboliza el mal olor - en muchos pueblos, el comentario "hueles a cuquillo" puede traer conflictos que alteren la convivencia ciudadana. En esta apreciación se oculta un profundo conocimiento del pájaro, ya que efectivamente las abubillas pueden oler fatal. ¿Por qué huelen tan mal, los cuquillos?

En realidad no todas las abubillas hieden, sino solamente las hembras con pollos y los propios pollos. Si nos acercamos a uno de los agujeros donde los cuquillos cuidan a su prole, notaremos pronto lo cierto de esta afirmación, y si el aroma no nos desanima y persistimos explorando el nido, molestando a los jóvenes cuquillos, entonces los veremos moverse espasmódicamente, como si fueran serpientes, pero si ni eso basta para alejarnos asistiremos finalmente a un rotundo colofón defensivo, en el que los pollos nos dispararán sus excrementos con notable fuerza y puntería.

Pero volvamos al mal olor, y para resolver su origen debemos mirar bajo la cola de la abubilla, donde se abre una glándula común en las aves, la glándula uropigial, que fabrica una secreción sebosa recogida por el pájaro con el pico y untada después en las plumas para impermeabilizarlas. En el cuquillo macho adulto, la secreción uropigial es clara y sin olor, mientras que en las abubillas madres y en sus pollos sale oscura y maloliente. Esta diferencia se debe a que la secreción está repleta de bacterias de las que viven a millones dentro de la glándula uropigial, estableciendo una fétida simbiosis que no solamente dota al pájaro de un olor repugnante para muchos depredadores, sino que además le ayuda a mantener las plumas sanas dentro del agujero del nido, ya que el líquido excretado tiene propiedades antimicrobianas que protegen el plumaje de bacterias que podrían estropearlo. Y así, gracias a sus fragantes socios microscópicos, las abubillas nos muestran cómo la evolución puede crear alianzas extravagantes, pero útiles al fin y al cabo, incluso entre los organismos más dispares.

Referencias culturales sobre la abubilla basadas en Wikipedia (salvo la parte manchega); ilustración redibujada de la guía de aves de la SEO.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora entiendo la famosa expresión: "Aquí huele a cuco, nenes"
Un artículo muy interesante, Naturalista!

El Naturalista dijo...

Sí, Anónimo, es en esta época del año cuando comienza a usarse más esa expresión. Saludos naturalistas.

Jesús Dorda dijo...

Un ave preciosa e interesante, que también se está quedando algunos inviernos en nuestra geografía.

El Naturalista dijo...

Efectivamente, Jesús, tengo entendido que cada vez son más abubillas las que pasan el invierno en la península, aunque en la parcela de este blog la altitud (más de 800 m) seguramente las desanima a permanecer a partir de aproximadamente octubre. Por estas fechas suelen verse hundiendo el pico en el suelo, y en julio salen los pollos de bajo las carrascas.

Oretani Wildlife dijo...

Muy interesante, no sabía nada de eso...

El Naturalista dijo...

Además, Mike at Sea, la abubilla nos muestra otro concepto de higiene corporal: al margen del buen olor, se protege el plumaje con secreciones microbianas.

Julián Simón dijo...

Preciosa entrada, como de costumbre, Naturalista. Yo había oído lo del "olor a cuco", pero no sabía que es un mecanismo de defensa para proteger a sus crías. Muchas gracias por lo ameno de tus entradas. Y..."no te acostarás sin saber una cosa más".

El Naturalista dijo...

Y aun así, González, me he ahorrado en la entrada algunas referencias más a la abubilla en la zona manchega: hay una variante de su nombre ("cuclillo"), una expresión para cuando uno se levanta tarde tras una noche larga ("tienes los ojos como una abubilla"), y cuando un agricultor tiene pocos terrenos y muy malos para cultivar (pedregosos, secos, etc.) se dice que tiene "cuatro cuquillares".

Jesús Dorda dijo...

No te creas que no es posible a esa altitud. En el año 2007 vi una todo el invierno en mi urbanización, ¡y estamos a más de 1.000 metros!
Supongo que los jardines le proporcionan lugares abrigados y con suelo blando donde poder buscar gusanos y lombrices.
Saludos

El Naturalista dijo...

Ya Jesús, si no me creo que sea imposible, pero con esa altitud y sin edificios que desprendan algo de calor en invierno creo que se desaniman por las heladas. Por el suelo pedregoso no debe de ser, ya que en verano hurgan en la tierra y cuando crían en mitad de la parcela seguramente algo sacarán del suelo. Por la falta de alimento no creo que sea, porque precisamente en invierno es cuando más lombrices hay cerca de la superficie, y salen muchas larvas de escarabeidos a poca profundidad. Un saludo.

Miguel dijo...

Muy interesante. Tal vez de ahí venga uno de sus nombres vernáculos en gallego-portugués: "galo da merda".

El Naturalista dijo...

Curiosamente ese nombre en gallego-portugués incide también en la faceta apestosa de la abubilla. Debe de ser una apreciación a escala peninsular. Saludos naturalistas, Miguel.

Ornitocampero.blogspot.com.es dijo...

Muy buena.cuando tenga la suerte de que me ocupe alguna de estas una caja de las mias, me acordare.....
Saludos!!
www.elcamperoinquieto.com

El Naturalista dijo...

Campero Inquieto, espero que sí que lo recuerdes, por tu propia seguridad higiénica. Un saludo naturalista.

Rafa Mesa dijo...

Hola, es muy interesante la entrada sobre el aroma del cuquillo, pero si no te importa, me gustaría saber qué material has utilizado para hacer el dibujo, que aunque esté sacado de otro dibujo te ha salido genial. Muchas gracias.

El Naturalista dijo...

Bienvenido por aquí, Rafael M; te comento la elaboración de esta ilustración: primero dibujé con lápiz HB la silueta, ojos y líneas interiores principales (ojo, plumas remeras, etc.). En papel de acuarela GUARRO Basic. Inmediatamente después siempre pinto el ojo, con un rotulador 02. Si el animal "me está mirando", suelo pintarlo mejor que si tiene el ojo en blanco (no sé por qué). Luego, con una caja-paleta de acuarelas Talens, pinté los tonos generales; aquí usé un pincel sintético del nº 4 (ahora uso de marta). Seca la acuarela, con el pincel casi seco le di cierto relieve al plumaje, y al final hice los detalles con lápices de colores acuarelables. Solía hacerlo así; ahora prescindo más de los lápices de colores porque he cogido más seguridad con las acuarelas.

Rafa Mesa dijo...

Resulta que yo también me puse a dibujar lo mismo, la ilustración de la guía de aves de Linx, y aunque la técnica que he usado es muy similar a la tuya, lápices y después acuarelas, he de decir que el resultado no ha sido tan bueno como el tuyo. Has tenido muy buenos detalles, y el ojo te ha salido bien. Tienes razón con lo de el ojo, si te está mirando, quizá motive más en la creación, así los dibujos cobran un poco más de vida y no queda como si hubieses dibujado un animal disecado, cosa que con algunos dibujos que hago me pasa.

Enhorabuena y muchas gracias, voy a probar tu técnica de esperar a que se sequen las acuarelas y ser menos impaciente.

Saludos!

El Naturalista dijo...

Las acuarelas son una continua frustración hasta que se domina un poco el punto clave: que uno está pintando con agua. Yo me tiré años como autodidacta sin conseguir resultados medio satisfactorios. La técnica clásica de Durero y compañía, la de dejar secar totalmente la acuarela, da buenos resultados al elaborar dibujos de este tipo, con cierto detalle. La acuarela húmeda... es otra historia. Un saludo naturalista.