Con los primeros días de sol y buenas temperaturas, la vida se despereza en nuestros montes. Después de semanas de torpor, los insectos y demás animales de sangre fría reanudan su actividad. Los pequeños lagartos mediterráneos, las lagartijas, se calientan por la mañana al sol, con la piel avejentada por las inclemencias del invierno y el hocico húmedo de mordisquear el musgo, de donde lamen gotas de agua. Uno de estos saurios recién salidos del parón invernal (o brumación, en reptiles) es la lagartija ibérica (Podarcis hispanica). Este lagarto menudo se solea sobre las rocas aplanándose hasta el punto de extender sus costados, prolongando su anchura al mover hacia el exterior las costillas. Así logra aumentar al máximo la superficie que expone al sol, con lo cual se calienta más rápidamente y puede pronto lanzarse a acechar insectos, a los que captura con una velocidad y precisión que parecen más propias de un depredador de sangre caliente.
Aunque la lagartija ibérica habita solamente en la Península Ibérica y sólo se adentra un poco en el norte de África y en Francia, el caso es que su apariencia varía más que la muchas especies de distribución mucho más amplia. Esto sugiere que lo que nosotros llamamos "lagartija ibérica" en realidad corresponde a varias especies de distinto aspecto, unidas bajo el común denominador de frecuentar los roquedos y de tener un aspecto similar. Esta sospecha se ha confirmado recientemente mediante estudios genéticos, que han demostrado que la lagartija ibérica en realidad es lo que se llama un "complejo de especies", esto es, varias especies muy semejantes por fuera pero en realidad muy diferentes en su ADN, lo que indica que no se reproducen entre sí y por tanto que son especies por pleno derecho. Mientras se describen estas especies insospechadas de nuestro saurio más familiar, quedémonos con la clave de este asunto: en la naturaleza, lo que llamamos "especie" puede esconder varias especies prácticamente idénticas pero perfectamente válidas. Estas especies, llamadas especies gemelas o especies crípticas, quizá sean frecuentes entre ciertos grupos de seres vivos, pero no las reconoceremos hasta que analicemos cuidadosamente sus genomas. Así que una simple guía de campo no nos bastará para identificar correctamente todo lo que encontremos incluso entre los vertebrados. Si pensábamos que la biodiversidad es un patrimonio desmesurado, lo es más aún...
Aunque la lagartija ibérica habita solamente en la Península Ibérica y sólo se adentra un poco en el norte de África y en Francia, el caso es que su apariencia varía más que la muchas especies de distribución mucho más amplia. Esto sugiere que lo que nosotros llamamos "lagartija ibérica" en realidad corresponde a varias especies de distinto aspecto, unidas bajo el común denominador de frecuentar los roquedos y de tener un aspecto similar. Esta sospecha se ha confirmado recientemente mediante estudios genéticos, que han demostrado que la lagartija ibérica en realidad es lo que se llama un "complejo de especies", esto es, varias especies muy semejantes por fuera pero en realidad muy diferentes en su ADN, lo que indica que no se reproducen entre sí y por tanto que son especies por pleno derecho. Mientras se describen estas especies insospechadas de nuestro saurio más familiar, quedémonos con la clave de este asunto: en la naturaleza, lo que llamamos "especie" puede esconder varias especies prácticamente idénticas pero perfectamente válidas. Estas especies, llamadas especies gemelas o especies crípticas, quizá sean frecuentes entre ciertos grupos de seres vivos, pero no las reconoceremos hasta que analicemos cuidadosamente sus genomas. Así que una simple guía de campo no nos bastará para identificar correctamente todo lo que encontremos incluso entre los vertebrados. Si pensábamos que la biodiversidad es un patrimonio desmesurado, lo es más aún...
6 comentarios:
En efecto, también las lagartijas de alta montaña, que antes llamábamos Lacerta monticola se descubrió que era un grupo de especies diferentes (y además con otro nombre de género, Iberolacerta) pero para su diferenciación tenemos la ventaja de que viven aisladas, cada una en su macizo montañoso. No es el caso de las lagartijas ibéricas y otras especies más, de las que habrá que estudiar sus áreas de solapamiento en la distribución y/o exclusión mutua.
Dicen que en Blanus cinereus conviven dos genomas diferentes sin mezclarse... ¡Y tan desmesurado!
... Siempre sospeché que las ibéricas eran muy distintas unas de otras y a la vez semejantes. Interesante entrada.
Saludos naturalistas.
Efectivamente, Jesús, las Iberolacerta fueron una de las grandes sorpresas que me llevé al revisar mi guía de reptiles cuando me hice con una actualizada. En ese caso está claro que lo que tenemos es diferenciación alopátrica, pero... ¿qué tenemos en la lagartija ibérica? ¿Especiación... parapátrica, simpátrica, peripátrica? Y si coexisten, ¿qué teoría de nicho nos lo explicará?
Me dejas intrigado con lo de la culebrilla ciega, ya que también la encuentro de vez en cuando por este monte. Si tienes tiempo, igual podrías decirnos algo más... suena interesante.
Coincido totalmente, Anzaga, las ibéricas son de esos reptiles que al empezar a identificar especies uno prefiere no encontrarse por el trabajo que dan. Quizá esta gran variabilidad es lo que se esconde tras el origen de estas especies gemelas, bajo el mecanismo de la selección de parejas en función del color y el dibujo. En pájaros, la divergencia evolutiva originada por este proceso, dirigido no por el cromatismo sino por el canto, puede ser importante, aunque en este caso se trata de verdadera evolución cultural que se traduce en aislamiento reproductor.
Saludos, naturalista.
Interesante artículo sobre la lagartija ibérica. Jamás sospeché que ese mundo fuera tan fascinante.
Un saludo de naturalista novata.
Ana.
Bienvenida por este monte, Ana. Si te parece fascinante, te diría que en cualquier rincón con hierba, en cualquier lindero o erial nos aguarda el mismo tipo de fascinación, oculta bajo el aspecto corriente de estos lugares. Sólo es cuestión de abrir los ojos. Saludos naturalistas.
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