12 diciembre 2009

Más es menos... y más

Los bancos de niebla del invierno difuminan ya los contornos del paisaje, y entre la espesa bruma el único signo detectable de vida es el piar lejano de los pájaros. Para ellos llega la peor época del año, en la que muchos no lograrán sobrevivir a las noches de helada. Además del frío, se enfrentan a una severa escasez de alimento unida a nuevos depredadores que han venido con ellos desde el Norte. Raro sería que la selección natural no se hubiera puesto en marcha para dar alguna salida al triple problema del frío, el hambre y los cazadores.

¿Qué pájaros tienden a sobrevivir a las heladas? Los más gruesos y con partes corporales menos salientes; por tanto, los menos propensos a perder calor corporal. Ya lo comprobó Hermon Bumpus con gorriones, en una de las primeras confirmaciones experimentales de la selección natural. Así que no parece ser casualidad la forma rechoncha y compacta de la mayoría de los pájaros invernantes, como este pinzón vulgar macho (Fringilla coelebs), la especie más común en estos meses por nuestro ecosistema.

Segunda parte: una solución a dos problemas. Los pinzones suelen verse en bandos de decenas de pájaros en los que también puede haber jilgueros, pardillos, trigueros... ¿A qué responde este afán invernal que incita a varias especies granívoras a reunirse multitudinariamente? Si eres un pinzón, ir en grupos numerosos aporta dos ventajas. Por un lado, disminuye el riesgo de ser víctima de un depredador, porque, aunque el bando pueda atraer su atención más fácilmente, tantos ojos de pájaro también podrán detectarlo más rápido y además la probabilidad de que te elija justo a ti es tanto menor cuantos más compañeros tengas. Por otro lado, ante la falta de comida conviene acudir adonde otros pájaros ya han encontrado algo que picotear, y si uno se desplaza en pandilla podrá aprovecharse del alimento que descubran los demás, con lo cual a la larga comerá mejor y eso lo hará menos vulnerable a las heladas nocturnas. En conclusión, en invierno el tener más y más compañeros equivale para los pájaros a más comida y menos riesgo. Varios problemas complejos pueden tener una sola solución sencilla, y la selección natural casi siempre da con ella.

14 comentarios:

Ángel Zamora dijo...

Muy interesante e instructivo. Hoy precisamente ya he disfrutado de varias de estas bandadas mixtas de las que hablas. Pardillos, verderones, jilgueros, a veces también con gorriones comunes, molineros y morunos. Nadie falta "al club"... Seguro que te has fijado en la perfecta sincronización de su vuelo. El inconveniente, de tanta unión, es que para ellos yo también soy un enemigo. Pobre de mí armado sólo con mi cámara.

Saludos naturalistas manchegos.

El Naturalista dijo...

Anzaga, se comprueba entonces que, efectivamente, la unión hace la vigilancia más estrecha en estos pajarillos. Y hoy con la tremenda nevada que está cayendo no sé por qué pero se atreven estos bandos incluso a bajarse a la nieve... ¿qué buscarán en medio de las ventiscas de copos sobre el suelo blanco? ¿No ven que allí son precisamente blancos perfectos? Saludos, naturalista.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Curiosa la similitud que me ha evocado esta entrada: los bandos de pájaros y los bancos de peces...cada uno en su medio y salvando las distancias constituyen una multitud de individuos que se mueve coordinadamente actuando cada cual en su propio beneficio.

Por otro lado, supongo que algunos bandos de aves también se benefician de crear dormitorios comunales para generar un gran edredón de plumas, muy práctico en las largas y frías noches del invierno.

Saludos naturalistas...y a disfrutar de la nieve con los pajarillos (aunque dudo que ellos la disfruten).

Bibiano Montes dijo...

No me había fijado nunca en lo de las bandadas mixtas , un fenómeno más que observar en estos días invernales ahora que nuestros campos se quedan algo desiertos (al menos en flora).
Naturalista, una vez más magistral entrada
un abrazo.

Jesús Dorda dijo...

No se refiere a bandos mixtos, aunque los trépadores azules también se alían con páridos y agateadores, pero un paciente trabajo de Eulalia Moreno mostraba bien a las claras que esta especie tenía que vigilar menos, levantando la cabeza mientras comía, cuando estaba acompañado de otros ejemplares. Así, pueden dedicar más tiempo a comer y hacerlo más rápido, pues permaneciendo en el comedero están más expuestos a los depredadores.
Saludos.

El Naturalista dijo...

Comentarios entre la nieve:

Fco. Javier, efectivamente, he aquí un ejemplo de orden (bando) totalmente descentralizado (decisiones individuales de cada pájaro), uno más junto con hormigas, peces... Lo del manto plumífero supongo que puede influir... en los dormideros, claro, aunque no sé si las distancias entre pájaros hacen de esto algo realmente útil para no "quedarse pajarito". Saludos de mis nieves a tus nieblas.

El Naturalista dijo...

Bibiano, acertaste; como en el blog intento poner algo "de temporada", el invierno intenté reservarlo para los pájaros, a falta de cualquier apogeo de plantas e insectos. Un abrazo, y te animo a pajarear hasta que pueda volverse a "mirar plantas".

El Naturalista dijo...

Jesús, helo ahí. El enlace que he puesto al paper de Carlos Herrera sólo es, por supuesto, la punta del iceberg, ya que hay muchísimo publicado sobre el "flocking behaviour". Como por aquí no hay bandos de páridos, pues... fringílidos al poder. Supongo que la clave de todo este asunto, reduciéndolo a juego evolutivo, está en que las ventajas simplemente superen lo suficiente a los inconvenientes, y "lo suficiente" significa sólo que en promedio mejoren la eficacia biológica del pájaro gremial vs. el solitario. Tendrá que ver la facilidad de detección de predadores en el hábitat, y en ello la estructura del biotopo, y también la distribución espacial de recursos en invierno, y... en fin, un mundo. Saludos, y enhorabuena de nuevo por tu aniversario bloguero.

Raúl M. Olmos dijo...

Que interesante, yo de aves no tengo ni idea, nada de nada o muy poco, pero con entradas como esta seguro que me va picando el gusanillo...
Podemos ver una vez más con tús explicaciones que la unión hace la fuerza y que siempre se suele estar mejor en compañía, no?
Saludos naturalistas

El Naturalista dijo...

En invierno las aves son muy protagonistas, cada época del año tiene sus personajes. Y como cada personaje de este teatro de la naturaleza tiene su punto, de una manera o de otra... conviene interesarse por todos un poco.

Sobre si la unión hace la fuerza o se está mejor en compañía... claro, en este caso sí, pero los detalles son tan importantes en cada caso de historia natural que yo no me atrevería a generalizarlo como tendencia evolutiva. Por ejemplo, para una rapaz tipo aguilucho sería problemático ir en grupo, creo que espantarían tantas veces más como compañeros fueran.

Saludos, naturalista.

Druidacelta dijo...

Hola. Yo queria felicitare por tu blog. es un blog que esta genial para aquellos que somos amantes de la naturaleza, y que de una forma u otra, de un modo modesto en mi caso, nos dedicamos a la publicacion en internet de contenidos de naturaleza.

Simplemente escribo para animarte a que siguas con esta maravillosa tarea divulgativa.

Un saludo

Jose Antonio

http://bitacoradelvientomontanasdeburgos.blogspot.com/

El Naturalista dijo...

Muchas gracias, Druidacelta; haces hincapié en lo que me motivó a iniciar el blog: dar a conocer la tremenda riqueza que hay incluso en el más normal, el más pequeño y el más olvidado de los retazos de naturaleza mediterránea. Enhorabuena por tu blog, y saludos naturalistas.

Anónimo dijo...

Un tema aparentemente sencillo pero de lo más interesante y profundo, sin duda alguna. El comportamiento animal es siempre motivo suficiente para despertar nuestra innata curiosidad en torno a lo que nos rodea.

Enhorabuena por todas las entradas con las que nos deleitas. Aunque la falta de tiempo ha provocado que tenga que acudir en masa a leerlas sin posibilidad de contestar a todas, me han gustado muchísimo.

Un cordial saludo.

El Naturalista dijo...

Gracias, Trotalomas. Sobre tu comentario, creo que en la naturaleza no hay casi nada que permanezca en apariencia sencillo en cuanto se piensa dos veces. Y menos estos asuntos de ecología del comportamiento. ¡Saludos, naturalista!