Tendemos a encasillar lo que observamos a riesgo de confundir nuestros propios conceptos con la realidad. Es muy fácil caer en la tentación de clasificar inequívocamente a las especies en productores primarios, herbívoros, carnívoros, omnívoros o descomponedores; o en presas, depredadores o parásitos. Pero hay organismos y relaciones que nos obligan a plantearnos hasta qué punto los hechos caben en nuestros esquemas mentales.
Los líquenes, de entrada, no son especies en el mismo sentido que una planta o un animal, ya que resultan de un alga y un hongo viviendo literalmente el uno entre el otro. En esta imagen, propia del suelo del pastizal en invierno, vemos al menos dos especies: Cladonia convoluta (las "rosetas" blanco-verdosas) y Diploschistes muscorum (las "costras" blaquecino-parduzcas). Ambos crecen abundantemente en los claros donde sus competidores, las hierbas, no encuentran terreno propicio. En estas condiciones podríamos esperar que ambas especies compitieran entre sí por ocupar la mayor superficie posible sobre el suelo, y por tanto que el líquen que crezca más rápido acabe por eliminar del ecosistema al más lento. Pero la realidad es más complicada que eso...
Diploschistes muscorum suele crecer como parásito sobre Cladonia (ver su contacto señalado con la flecha roja de la foto), desarrollándose inicialmente bajo el aspecto de pequeños puntos que crecen hasta desintegrar a su hospedador. Pero Cladonia, más que un hospedador, parece una especie de progenitor parcial, ya que Diploschistes hereda de él la estirpe de alga unicelular que le permitirá vivir, una Trebouxia. ¿Estamos, entonces, ante un descendiente que a la vez es un parásito? Sin embargo, como al final Diploschistes a menudo "mata" a su nodriza, ¿lo llamaremos parasitoide? ¡Pero si es un vegetal, no un consumidor! Por si fuera poco, al extenderse sobre Cladonia, Diploschistes a efectos prácticos le gana la partida en la competencia. ¿Qué es, entonces, Diploschistes respecto a Cladonia? ¿Un descendiente(parcial)-parasitoide(no consumidor)-competidor(pero parásito)? ¿Qué nombre le pondremos? Quizá lo más importante no sea elegir un nuevo nombre sino percatarse de que la naturaleza no tiene por qué reducirse a la sencillez con que intentamos verla a través de algunas palabras. Incluso organismos aparentemente simples pueden descubrirnos una realidad que está más allá de nuestros clichés.
Más sobre ambos líquenes en: Guía de campo de los líquenes, musgos y hepáticas (Wirth, 2004).
Los líquenes, de entrada, no son especies en el mismo sentido que una planta o un animal, ya que resultan de un alga y un hongo viviendo literalmente el uno entre el otro. En esta imagen, propia del suelo del pastizal en invierno, vemos al menos dos especies: Cladonia convoluta (las "rosetas" blanco-verdosas) y Diploschistes muscorum (las "costras" blaquecino-parduzcas). Ambos crecen abundantemente en los claros donde sus competidores, las hierbas, no encuentran terreno propicio. En estas condiciones podríamos esperar que ambas especies compitieran entre sí por ocupar la mayor superficie posible sobre el suelo, y por tanto que el líquen que crezca más rápido acabe por eliminar del ecosistema al más lento. Pero la realidad es más complicada que eso...
Diploschistes muscorum suele crecer como parásito sobre Cladonia (ver su contacto señalado con la flecha roja de la foto), desarrollándose inicialmente bajo el aspecto de pequeños puntos que crecen hasta desintegrar a su hospedador. Pero Cladonia, más que un hospedador, parece una especie de progenitor parcial, ya que Diploschistes hereda de él la estirpe de alga unicelular que le permitirá vivir, una Trebouxia. ¿Estamos, entonces, ante un descendiente que a la vez es un parásito? Sin embargo, como al final Diploschistes a menudo "mata" a su nodriza, ¿lo llamaremos parasitoide? ¡Pero si es un vegetal, no un consumidor! Por si fuera poco, al extenderse sobre Cladonia, Diploschistes a efectos prácticos le gana la partida en la competencia. ¿Qué es, entonces, Diploschistes respecto a Cladonia? ¿Un descendiente(parcial)-parasitoide(no consumidor)-competidor(pero parásito)? ¿Qué nombre le pondremos? Quizá lo más importante no sea elegir un nuevo nombre sino percatarse de que la naturaleza no tiene por qué reducirse a la sencillez con que intentamos verla a través de algunas palabras. Incluso organismos aparentemente simples pueden descubrirnos una realidad que está más allá de nuestros clichés.
10 comentarios:
Lo importante no son los nombres, sino lo que está ocurriendo en esas 25 has. de monte, y eso parece ser que tú lo sabes y lo cuentas con la genialidad de quien, entediéndolo, lo transmite a sus seguidores.
Siempre me gustaron los líquenes ( aunque sus claves son complicadas), como indicadores de "buen rollito" allá donde se encuentran... estas nuevas relaciones, que como dices nos rompen los esquemas, no dejan de ser fasciantes.
Me encantó esta entrada, Naturalista!
Saludos!
Bueno, Carmen, ojalá y supiera lo que ocurre. Sólo me entero de algunos detalles llamativos, y un poco de la dinámica del ecosistema. Supongo que lo del buen rollito de los líquenes lo dices por la simbiosis. Últimamente, sin embargo, parece que la perspectiva sobre esta relación está cambiando hacia verla más como una "esclavitud" del alga respecto al hongo que como un mutualismo equitativo. Vamos, más parasitismo que simbiosis. Pero fíjate qué curioso: entre parasitismo y simbiosis el primer nombre suele caer "antipático" y el segundo "simpático" (!!!).
Saludos naturalistas.
Muy interesante Naturalista. Los líquenes son fascinantes precisamente prque se salen de los esquemas habitules con los que clasificamos a las especies.
Pero ya por separado las algas y especialmente los hongos, con sus complejos ciclos vitales lo son también, sus fases hapliodes y diploides que llevan vida independiente como su fuesen seres distintos, por ejemplo.
Cuando medito sobre ellos pienso en lo que podría haber llegado a ser la Tierra si hubiesen sido esos seres los que dominasen y no el reino Animalia. Una ciencia ficción muy sugerente.
Sí que son llamativos, Jesús. Líquenes, hongos y en general los eucariotas que ni son plantas ni animales me hacen pensar que nuestras ideas básicas en biología quizá no son del todo adecuadas porque nos hemos fijado demasiado en plantas y animales exclusivamente. Sobre lo que hubiera sido de haber dominado ecológicamente estos organismos, recuerdo unos fósiles muy extraños de presuntos líquenes u hongos en rocas de finales del Neoproterozoico (unos 700 millones de años), cuando apenas hay registro de plantas y animales... ¿Qué hubiera podido ser de haberse volcado hacia esos seres la balanza de la historia de la vida en La Tierra?
Saludos naturalistas.
Apenas estamos empezando a observar y, dudosamente, entender algo. Somos primates curiosos...tan cercanos a lo que nos rodea como nuestra propia mente quiera. Y, propiamente, queremos simplificar las cosas más de la cuenta.
Gracias Naturalista por devolvernos a esa insondable complejidad de la Vida.
Claro, es que nuestra mente no funciona mal a la hora de planificar cosas como un plan para cazar mamuts o, más recientemente, para cultivar la tierra con éxito, pero con determinadas clases de organismos no tenemos apenas relación histórica y creo que en parte por eso nos cuesta más entender su modo de vida. Vamos, que tendemos a anquilosarnos en el sabido mundo de plantas y animales, que es para cuya comprensión previsiblemente nos preparó y motivó la selección natural. Quizás, ¿no? Saludos, Fcº Javier.
Naturalista,acertado planteamiento y ejemplo,Creo que es en el campo , el día a día observando esa naturaleza como tu haces en tu encinar manchego , cuando realmente uno se da cuenta que la naturaleza va a su bola. Te lo digo desde mi corta experiencia con las plantas que es lo que domino un poco más. Quién de vosotros no se ha quebrado la cabeza y ojos intentando identificar una simple hierbecilla y encasillarla en las claves del taxónomo?.
Como creo recordar y tengo entendido que una vez nos hablastes del "El gen egoista", nunca nos deberíamos de olvidar de observar esa biodiversidad desde la perpestiva de esos genes y la particularidad del individuo.
FELICES FIESTAS,
Sí, Bibiano, cuando uno mira bien la naturaleza encuentra que harían falta varias vidas para conocerla perfectamente. Cuando se "hace el naturalista", al principio todo parece conformarse con nuestra manera "clásica" de verla, en términos claros de pirámides ecológicas, cadenas alimentarias, etc. Pero cuando profundizas un poco, se desubre una tremenda complejidad por todas partes y lo difícil que resulta conocer con certeza algo en todo ese laberinto de relaciones. Aunque eso no significa que no sepamos nada, y a veces darse cuenta de lo mucho que ignoramos es más importante que creer que sabemos mucho.
Saludos, y felices fiestas.
a veces, lo mas diminuto, sobrepasa nuestro entendimiento y los nombres no hacen justicia.
felices fiestas de una asturiana algo novata por estos lares
Felices fiestas, y bienvenia por estos lares, Loli.
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