28 diciembre 2009

El orden oculto de los pájaros

Estos días de frío y lluvia seguramente son para los pájaros los más difíciles del año, ya que a los rigores del tiempo se une la escasez de comida, sobre todo para las aves insectívoras. En esta situación es lógico pensar que las currucas, carboneros, petirrojos y demás compitan en estas fechas por hacerse con esas calorías, tan valiosas como escasas, que deambulan por el suelo y la vegetación en forma de diminutos artrópodos: mosquitos de los hongos, polillas invernantes, arañas, ácaros de terciopelo, tijeretas... Ante esta carestía invernal, ¿cuál es la mejor estrategia para un pájaro? Debe ahorrar toda la energía que pueda, porque le cuesta mucho obtenerla. Lo mejor, por tanto, será buscar insectos allá donde localizarlos requiera menos esfuerzo de búsqueda, y a menudo esto significa que el pájaro dedicará más tiempo a buscar por lugares donde le sea más fácil moverse. También le conviene no entretenerse demasiado tiempo en sitios donde otra especie suela buscar mucho, ya que lo más probable es que sea esa especie la que encuentre antes a los insectos. Así, en parte por las habilidades locomotoras de cada pájaro y en parte como resultado de la competencia, uno esperaría que cada especie buscase insectos en una zona distinta del matorral. En resumen, como suele decirse en ecología, que cada especie tuviera un nicho ecológico diferente.

Pero esto sólo son palabras, ¿qué hay de los hechos? Pues parece que cuadran bastante bien. El diagrama que encabeza esta entrada muestra el patrón general que he encontrado durante noviembre y diciembre en esta comunidad de pájaros: las principales aves insectívoras se reparten el espacio disponible y además de un modo que concuerda con las ideas anteriores. El minúsculo reyezuelo se cuelga de ramas altas donde ningún otro pájaro puede sostenerse. Más abajo, los carboneros se adentran acrobáticamente en las encinas, pero los petirrojos, menos ágiles, suelen quedarse en el exterior y un poco más cerca del suelo. A sólo dos o tres palmos de altura revolotean mucho las currucas, mientras que las pesadas urracas apeonan sobre el pasto. Un reparto tan razonable suena bien, pero de momento sólo me parece un "quizás", ya que apenas se basa en poco más de un centenar de observaciones de campo... Que, sin embargo, sirven para pintar a grandes rasgos un orden oculto en lo que a simple vista parece un mero caos de pájaros moviéndose entre las encinas.

Hay un nombre para este reparto del espacio ecológico: segregación de nichos.
Más sobre ecología de comunidades de aves pinchando aquí.

10 comentarios:

Ángel Zamora dijo...

Es cierto que cada ave tiene un comportamiento propio, una forma de actuar, igual que un vuelo singular para cada especie, o un canto único. Seguro que estas singularidades se deben en buena medida a los competidores por el alimento...

La entrada (texto y fotografías) son como siempre muy instructivos. Enhorabuena. Aprovecho la ocasión también para felicitarte el próximo año. Saludos.

El Naturalista dijo...

Gracias, Anzaga, y sí, esa es la idea general en cuanto a las diferencias adaptativas entre especies similares: que se deben a la competencia. Seguro que la competencia tiene mucho que ver, pero yo no descartaría otras explicaciones también posibles, como diferencias de tamaño condicionadas por la pertenencia a cierto género o familia (e.g. reyezuelos) que a su vez motivan la explotación de nichos concretos (e.g. ramillas inaccesibles al resto de la volatería).

Ah, y ... ¡feliz año!

Jesús Dorda dijo...

Interesantes observaciones que estaría bien contrastar con similares en otras especies arbóreas. Hay toda una escuela de ecólogos que opinan que se ha dado demasiada importancia a la competencia, pero entiendo que es difícil de demostrar hasta qué punto depende de ello.

El Naturalista dijo...

Exactamente, Jesús: hacia los años 50-60 se fraguó el panorama general de creencia en que la competencia por sí sola basta para explicar la estructura que observamos en las comunidades. Sin embargo no hay que descartar otras opciones que a menudo resultan ser importantes, como la depredación, el mutualismo, la influencia de factores abióticos... Incluso cuando algo parece competencia puede ser competencia aparente, o el mero resultado del azar. Y así y todo la mayor parte de las veces sale experimentalmente evidencia de que las especies compiten duramente unas con otras... Todo, como dices, muy difícil de demostrar fuera de toda duda razonable... En este caso, además, ¿cómo manipular experimentalmente a los pájaros? ¡Muy difícil! Saludos, naturalista.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

"Cada cosa en su sitio"...y cada especie en su nicho.
Parece que todo tuviera un orden, como en un puzzle. Aunque el rompecabezas de la Vida simplemente está hecho de huecos que cada cual aprovecha, a veces sin siquiera competir por el hueco. Los huecos dejan de serlo en cuanto aparece un ocupante, o más de uno.
No hay orden sino ocupas.

Saludos naturalistas, antes de que 2010 ocupe su hueco.
Feliz Año Huevo.

El Naturalista dijo...

Fcº Javier, efectivamente el orden al que me refiero es el de esos okupas en los huecos disponibles. Sin embargo, una cosa es que los okupas "okupen" nichos y otra es que lo hagan desordenadamente o, por el contrario, de un modo distinto del que sería de esperar por mero azar. El caso es que, como los recursos energéticos son escasos comparados con la demanda, todos los nichos disponibles tienden a ocuparse rápidamente, y entonces uno esperaría que se inicie la competencia por explotarlos más eficazmente. Eso en teoría, claro, luego pueden pasar infinidad de cosas no previstas.

Feliz año (h)nuevo a todos, naturalistas.

Raúl M. Olmos dijo...

Feliz y naturalista 2.010!! Seguiremos aprendiendo de tus vivencias compañero!!
Saludos

El Naturalista dijo...

¡Feliz año, naturalista!

JAVIER dijo...

Hola, acabo de conocer tu blog y me ha gustado mucho, enhorabuena. La entrada coincide bastante con mis observaciones en bosques del valle del Ebro. Sigue así.
Saludos de un naturalista maño.
(calceolusycentaureas.blogspot.com)

El Naturalista dijo...

Bienvenido y gracias, Javier; muy interesante tu blog. ¡Saludos, naturalista!