07 mayo 2010

Alimañas, ratones y bellotas

Aquella tarde de mayo, un Sol enrojecido tocaba ya el horizonte. En el aire quieto cesó la cháchara de las currucas, entre las coscojas, y empezó a oirse el extraño lamento del alcaraván y el tableteo mecánico de las zumayas. Fue entonces cuando bajó por la ladera, con su trote lobuno, el zorro; parándose de trecho en trecho, me miraba, casi se diría que con curiosidad. Hacía poco había yo encontrado su guarida en este monte, la boca de una pequeña sima que el animal había ensanchado removiendo varias rocas grandes, demostrando una fuerza difícil de adivinar en este hermoso cánido. Cuando regresé a la semana siguiente, alguien había cegado su madriguera con enormes piedras. No volví a encontrar rastros de zorro en la zona hasta pasados varios años.

El zorro rojo, Vulpes vulpes, es el carnívoro más ampliamente distribuido del planeta, y por aquí se le considera una alimaña desde tiempos inmemoriales. Algunos cazadores dicen que mata un conejo al día o más, que hay que abatirlo porque mata conejos por el mero placer de matar (¿a diferencia de la mayoría de los cazadores?); aseguran que, cuando la perdiz abunda, las mata a veces para devorar sólo las partes tiernas, y en general muchos opinan que zorros, águilas, culebras... ¿qué produce todo eso? ¡Sólo quita caza!

Volviendo a los hechos, es cierto que en el Sur de España el zorro se alimenta generalmente de conejos, pero su dieta varía muchísimo según el lugar. En concreto, lo que he podido confirmar en el ecosistema es que en sus excrementos sólo aparecen restos de ratones (Apodemus, Mus). Ni rastro de conejo o perdiz, quizá porque los ratones abundan tanto que al zorro le resultan mucho más fáciles de capturar. Los ratones, por su parte, consumen una cantidad ingente de semillas; es habitual encontrar bajo las piedras sus despensas invernales repletas de almendras y bellotas roídas. Se ha demostrado que, de este modo, los ratones hacen fracasar la reproducción sexual de las encinas en pequeños fragmentos de monte mediterráneo. Ante esta situación, salta a la vista que las consecuencias de perseguir a los zorros pueden ser funestas para nuestros montes: a menos zorros, más ratones, y a más ratones, menos bellotas germinarán. Y las encinas pueden vivir mucho, pero no son eternas: las que mueren deben ser reemplazadas por nuevos árboles. Así que termino esta entrada con una pregunta casi retórica: ¿qué será mejor: que los cotos pierdan algunos conejos y perdices, o comprometer el futuro de nuestros montes a largo plazo?

Fuentes sobre la alimentación del zorro en el Sur de España:
1. Purroy y Varela (2003) Mamíferos de España. Lynx Edicions.
2. Valverde (1967) Estructura de una comunidad de vertebrados terrestres. Monografías de la Estación Biológica de Doñana.

12 comentarios:

Pilar dijo...

qué razón tienes¡¡
aquí se nos comieron los patos y hasta los gansos¡¡¡
pero se le perdona por lo guapísimo que es¡¡
y porque la culpa fue nuestra de no poner los ansares a buen recaudo...
saludos

El Naturalista dijo...

Por supuesto, Pilar, que el zorro intenta comerse la presa a la vez mayor y más fácil, ya sean patos, gansos, perdices o conejos. Es lo que debe hacer un carnívoro oportunista, y eso muchas veces puede ir en contra de nuestros intereses, pero muchas otras va a favor de un patrimonio común (aunque no lo notemos), como intento decir en este post. ¡Saludos naturalistas!

Ángel Zamora dijo...

Hay algunos/as que tienen de por vida un grueso muro pegado justo delante de las pestañas. El muro sólo deja ver una única idea, un solo camino que les impide ver más alto, más ancho, más largo, más denso, más colorido, más agil, más vivo, más y muchos y muchos más que jamás verán...

Enhorabuena por intentar quitar piedras de ese muro ( no deja de ser profundamente triste la condición humana ).

Saludos.

El Naturalista dijo...

Anzaga, enhorabuena a ti por ese comentario. Saludos naturalistas.

Jesús Dorda dijo...

¿Pero no quedamos en que el conejo era una plaga?
En cada ocasión se busca la excusa para matar alguna especie más.
En mi zona fundamentalmente lo que se ve en las cagarrutas de zorro es escaramujo y frutos de enebro. También bastantes insectos. Se adivinan pelillos de pequeños mamíferos, pero apenas si se distinguen los huesos. Claro que no me dedico a desmenuzarlas.
Muchos más conejos mueren en las carreteras y luego, una vez muertos, no me cabe duda de que son consumidos por el zorro, que también puede morir en el mismo lugar.

El Naturalista dijo...

En el clavo, Jesús, la cuestión para muchos cazadores es pegarle tiros a un animal, sea zorro, conejo, avutarda o lo que se tercie, que para eso somos libres, dicen. La dieta que comentas del zorro es una más de las posibles, de hecho Delibes tiene un artículo en el que el zorro en Doñana resulta ser prácticamente un insectívoro; Valverde, en cambio - en el libro que, por suerte, me descubriste -, lo considera carnívoro. En fin, un oportunista, que al cazar lo más asequible tiende a regular los excesos poblacionales que causamos en muchas especies. Saludos naturalistas.

Raúl M. Olmos dijo...

Qué daño han hecho los cuentos a estos animalillos, junto con la serpientes y las rapaces, poniéndoles siempre como los malos de la película...
Una vez más se vuelve a demostrar que la ignorancia es la madre del atrevimiento, aunque ellos (los cazadores) lo saben todo, y no se les puede decir nada porque entonces te tildan de ecologista, seguido de algún calificativo despectivo, evidentemente.
El que siembra vientos recoge tempestades y ellos no dejan de sembrar, así que luego que no se quejen tanto!!
Saludos naturalista

Bibiano Montes dijo...

El conejo es una plaga para el agricultor, de lunes a viernes,que solamente quiere ver a este animal en la cacerola y al ajillo. El mismo, el fin de semana se transforma en un cazador que quiere verlo todo inundado de conejos.
Resulta frustante ,como todavía "después de lo que ha llovido", en nuestros pueblos nos tachan de ecologistas y raros , esos que se otorgan el derecho de matar y eliminar "alimañas". Solamente hay que echar un vistazo en los medios :http://sosveneno.blogspot.com/

Un saludo Naturalista ,

El Naturalista dijo...

Ramuol, en este caso es la ignorancia, pero no perdamos de vista que todos estos animales comen caza menor, unas veces más y otras menos. La clave yo creo que está en darse cuenta de que los carnívoros son un patrimonio más que debemos mantener junto a nosotros. Yo siempre digo que cada especie es como un cuadro, único e irrepetible, un cuadro que además nosotros no podemos pintar. Si la gente paga millones por un cuadro de Van Gogh, ¿cuánto habría que pagar por un lince, o por un águila, que son obras de la naturaleza imposibles de repetir por nosotros? Saludos, naturalista.

El Naturalista dijo...

Bibiano, la suerte que hemos tenido en estas décadas es que la sociedad en general ha cambiado en el sentido de que ahora damos por hecho que cualquier persona formada opinará, al menos oficialmente, que la biodiversidad (carnívoros incluidos) es un patrimonio de todos. Lo cual no es poco cambio, pero el cambio real yo creo que aún no ha ocurrido mayoritariamente: en el entorno rural, la norma es que se sigue viendo a los carnívoros como meras alimañas. Por eso nunca está de más el seguir diciendo lo mismo de siempre; el no decirlo desde luego no traerá la solución. Un saludo.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Si hay alguna alimaña en esta entrada, serían los ratones (un peligro para las encinas)...y si hay más de la cuenta, una de dos: o los cazadores se dedican a cazar ratones (que parece que no van por ahí los tiros), o que dejen hacer su trabajo a los zorros (y demás).
Saludos, Naturalista.

El Naturalista dijo...

Si hay alguna alimaña efectivamente sería más bien el ratón, pero dudo que cualquier especie pueda considerarse como alimaña si miramos bien cuál es su papel en la naturaleza. Porque cuando hay un número normal de depredadores, sucede que durante el invierno muchos ratones son cazados, y sus despensas suelen quedar olvidadas. Desde ellas pueden brotar nuevas encinas y almendros. El problema es que eso no suceda casi nunca, por falta de depredadores. Un saludo, Fcº Javier.